Un archivo conserva un conjunto orgánico de valiosos documentos que produce y recibe una institución, y en función del ciclo vital de los mismos, se dividen en archivos de gestión, archivo central o intermedio e históricos. Papeles amarillentos, envejecidos, amontonados y acumulados en estanterías por legajos, libreros, armarios y mobiliarios antiguos, colocados en espacios angostos permanecen silenciosamente como testigos fieles y protagonistas de hechos transcendentales que marcan el proceso histórico, así como la vida cultural, académica, científica, administrativa, económica y política de la universidad más antigua de América.
Documentos que hablan por sí solos del paso del tiempo, que guardan la más íntimas historias del discurrir de la vida universitaria desde que inició como Instituto Profesional, en momentos de agitación política y de la ocurrencia de las invasiones de la cual fue objeto la nación dominicana y que dieron al traste, en ocasiones, con el cierre de nuestra Universidad.
Joyas documentales de incalculable y apreciado valor se conservan en el Archivo Central de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), como es la copia de la Bula In Apostulatus Culmine, que es el acta emitida por el Papa III don de dispuso fundar y erigir la Universidad de Santo Domingo, así como los escritos del proceso de la estructura universitaria a nivel administrativo, los libros del Instituto Profesional y muchas más acuñadas piezas documentales de apreciable valor.
A pesar de la pérdida de valiosísimos documentos universitarios, al ser trasladados a otros archivos internacionales a causa de la inestabilidad política y social del país, invasiones, emigraciones familiares, así como la mudanza de la academia de la zona colonial hasta donde hoy se encuentra, el Archivo Central guarda el conjunto de bienes morales, culturales o materiales de la academia estatal.
El Archivo Central de la Autónoma debe su nombre al doctor Celso Benavides, quien fue responsable de la modernización del archivo en 1974, cuando regresó de España cargado de conocimientos e implementó una modificación a la Tabla de Clasificación de Archivo.
Historia del Archivo Central de la UASD
Con el traslado de la universidad desde el local de la Isabel la Católica a la sede actual, en 1948, mediante ordenanza 1-48 del 5 de enero de 1948, el archivo se incorporó de manera organizada a la estructura universitaria, creándo se una sección en los sótanos del edificio de Ciencias Médicas Doctor Defilló para organizar y atender convenientemente, de acuerdo con los requerimientos de la época y con los más modernos métodos, los ricos archivos universitarios, con el propósito de conservar en expedientes debidamente organizados valiosísima documentación que en ella se guardan y que constituyen, puede decirse, la historia de la Universidad de Santo Domingo.
Según datos encontrados en la investigación realizada por Teodoro Viola y Ángel Hernández para su tesis de la Maestría en Archivística ofrecida conjuntamente por la Universidad y el Archivo General de la Nación, el primer director del archivo fue Bienvenido Mejía Acevedo, designado mediante oficio número 80 del rector Julio Vega Batlle, el 10 de enero de 1948. Posteriormente, el Archivo fue trasladado al edificio contiguo a la Rectoría, donde hoy funcionan las vicerrectorías. Finalmente, en 1982, fue reubicado en el local actual.