El proceso para la codificación genética de barras requiere de varios pasos, que incluyen la toma de muestras de tejido del espécimen a identificar, el cual aísla, purifica y amplifica el ADN, se realiza la secuenciación solamente del segmento estándar para el grupo taxonómico en cuestión (unos 658 nucleótidos del gen Co-1, en el caso de la mayoría de los animales). Una vez se tiene la secuencia, debe ser curada para corregir errores, utilizando software especializados para esos fines, y se compara con bases de datos de referencia como la BOLD, del Instituto de Biodiversidad de Ontario o GenBank.
Pero los alcances de este descubrimiento, y en cuyo uso la República Dominicana da sus primeros pasos, van más allá de la identificación. Recientemente, el doctor David Hernández Martich, Biologo, profesor coordinador de la Cátedra de Genética de la UASD, fue seleccionado para participar en la Iniciativa Taxonómica Global de Entrenamiento Rápido en Identificación de Especies Exóticas Invasoras, usando la Codificación Genética de Barras, en el Instituto de la Biodiversidad de Ontario de la Universidad de Guelph.
La selección se hizo basada en el desempeño de las pruebas y las discusiones, en el perfil y curriculum del postulante, ya que de más de 40 candidatos de distintos países que participaron en un curso teórico en línea, sólo 10 fueron seleccionados para el entrenamiento introductorio práctico realizado el pasado mes de agosto en la Universidad de Guelph.
La Conferencia “Esta conferencia fue sumamente interesante, no sólo por el número de participan tes y la representatividad global, sino por el gran número de ponencias plenarias y ponencias paralelas, talleres, reuniones profesionales, posters, así como el alto reconocimiento de los expositores, como el doctor Paul Hebert, padre de la codificación genética de barras, y del doctor Daniel Janzen, reconocido experto en ecología evolutiva en los trópicos, y uno de los colaboradores más importantes de Hebert en el desarrollo de la técnica. Desde diferentes vertientes, los objetivos de la Sociedad Internacional de Código de la Vida fueron enfatizados en muchas de las conferencias”, expuso el doctor Hernández Martich.
A través de la técnica de identificación, se puede llegar a detectar especies exóticas que llegan al país, por cualquier vía y que tienen intrínsecamente la capacidad de reproducirse y de adaptarse, pudiendo llegar a convertirse en una plaga. El maestro Hernández explicó que “esas son las especies que nosotros queremos identificar en el país, para verificar la posibilidad de que puedan ser invasoras, ya sea por sus características biológicas, o porque se hayan reproducido en otros países.
La identificación rápida de estas es importante para saber si debemos tener cuidado con determinadas especies, y para poder así tomar las medidas convenientes antes de que se conviertan en azote. El Convenio de la Diversidad Biológica tiene un interés muy particular en ese tema de las especies exóticas, por eso se financió la participación nuestra en esa conferencia, para que países como nosotros empecemos a tomar medidas ante estos casos”. Durante el evento, los participantes aprendieron los fundamentos de la codificación genética de animales y plantas, con énfasis en su uso para responder a preguntas de importancia científica y práctica, en especial en la detección de especies exóticas invasoras, un tema de mucha preocupación a nivel internacional.
El cónclave fue financiado por el Gobierno de Japón a través del CDB. Esta convención se planteó unas metas para el decenio 2011-2020 conocidas como “Metas de Aichi”, la novena de las cuales establece que “A más tardar en 2020 sean identificadas y priorizadas las especies y rutas de especies exóticas invasoras, sean controladas o erradicadas las especies prioritarias y establecer medidas de gestión de sus vías de circulación para prevenir su introducción y establecimiento.
Un tema Importante en las ponencias y discusiones, y en los entrenamientos teórico y práctico impartidos por la Universidad de Guelph, fue que esta nueva técni ca no pretende desplazar las demás técnicas taxonómicas, más bien es un complemento que en muchos casos puede agilizar el proceso de identificación, y en algunos, podría ser la única alternativa para identificación (como cuando la morfología de los especímenes ha sido alterada, pero el ADN permanece intacto). Además, se enfatizó la importancia de hacer uso del código de barras para responder preguntas de importancia científica o práctica, a la vez que se sigue ampliando la base de datos de referencia.
Preservación de especies nativas e identificación de plantas tóxicas Sería muy útil para la cuantificación y valoración de nuestra biodiversidad y para todo estudio que requiera saber con precisión con qué especie se está trabajando. Este es el caso cuando se analizan compuestos químicos en organismos vivos que potencialmente podrían tener una importancia comercial. La ventaja de identificar con el código de barras genético es la rapidez con que en muchos casos se hace esta identificación. Pero puede servir también para hacer identificaciones rápidas en situaciones diferentes.
El uso de esta tecnología para aplicación práctica buscando resolver problemas sociales y económicos es muy diverso. Por ejemplo, esta técnica es muy útil si usted quiere verificar si lo que venden en los supermercados es pez carite o colorado, los cuales se confunden con otras especies de menor calidad en la textura y el sabor, otro tipo de hojas en vez de moringa, salami adulterado, en otras palabras si “le están metiendo gato por liebre”.
Un grupo de jovencitos de la escuela secundaria, usando la técnica, descubrió que el 25% del pescado vendido en la ciudad de New York tiene una etiqueta de una especie a la que no corresponde. Causaron un escándalo en la prensa conocido como “Sushigate”. El control de plagas introducidas en el país depende, en gran parte, de la identificación rápida de cualquier organismo extraño que entre al territorio y que no es parte de su distribución natural.
Por lo regular, no existen especialistas en ese territorio que puedan identificar rápidamente la especie a que pertenece el organismo. De igual manera, dada la carencia de supervisión en la mezcla de plantas del producto artesanal llamado “Mamajuana”, comprado por turistas como souvenir y consumido por muchos dominicanos, el código de barras genético ayudaría a identificar algunas plantas tóxicas que podrían estar presentes en las botellas de esta bebida
PROYECTOS A PARTIR DEL CÓDIGO DE BARRAS GENÉTICO
José David Fernández Martich, coordinador de la Cátedra de Genética de la Facultad de Ciencias, detalla que en nuestro país, el Instituto de Investigaciones Científicas de la Universidad Central del Este (IIC-UCE), tiene aprobado un proyecto que realizará en colaboración con el Instituto de Investigaciones Botánicas y Zoológicas (IIBZ) de la Facultad de Ciencias de la UASD.
Indicó que en el país estamos dando los primeros pasos en la Academia y en el Estado para integrar la codificación genética de barras como una herramienta en la identificación de especímenes, la cual también puede ayudar a discernir entre especies crípticas (poblaciones de individuos muy parecidos que han sido nombrados bajo el mismo nombre científico basándose en características morfológicas, pero que difieren en otras características que sugieren que pertenecen a especies diferentes) o a resolver situaciones opuestas: poblaciones de individuos que le han sido dados diferentes nombres científicos, pero pertenecen a una misma especie.
Una vez consolidado un laboratorio y equipo de investigadores de codificación genética de barras en el país, podríamos contribuir también respondiendo preguntas y demandas que tienen implicaciones sociales y económicas más directas.