Por Randy Rapozo | | [email protected]
25 octubre, 2017 - 10:31 AM
Por Teresa Peralta
Docente universitaria y gestora cultural
“Los más recientes hallazgos de la investigación en pedagogía señalan que, para mayor efectividad los ambientes de aprendizajes deben estar centrados en el aprendiz, en el conocimiento, en la evaluación y en la comunidad”.
(Pumarino, 2010).
El mundo ha sido impactado por el cambio tecnológico a una velocidad nunca vista, a partir del nacimiento del computador y desde la popularización de la internet.
Los avances de la segunda mitad del siglo XX, con significativos cambios en el mundo de la información y las comunicaciones, han generalizado el uso de las nuevas tecnologías e influenciado fundamentalmente nuestros sistemas escolares a todos los niveles.
La educación entonces, ha dado un giro notable, ya que se impone comenzar a formar en el reconocimiento de la necesidad de información, en su búsqueda, en la evaluación de la calidad de la información obtenida y en su uso efectivo.
En nuestros países –América Latina y el Caribe- estos avances tecnológicos implican grandes desafíos y grandes oportunidades. El principal reto es el requerimiento de formar en nuevas competencias para los ciudadanos y ciudadanas de este siglo, capacidades cuyo aprendizaje y desarrollo deben ser satisfechas por los sistemas educativos.
Según Herbert Simon, Premio Nobel de Economía, “el significado de saber ha cambiado de ser capaz de recordar y repetir información, a ser capaz de encontrarla y usarla”. Así, el desarrollo de esas competencias se encamina al uso apropiado de las nuevas tecnologías, el manejo de la información en un ambiente de superabundancia, la conciencia global y la necesidad del manejo de idiomas.
Los aspectos más paradigmáticos que nos conmueven cada día en el mundo del conocimiento están relacionados con los temas que se deben analizar en seminarios, foros, conferencias, así como en ponencias, en forma de artículos, comentarios y otros formatos que debemos examinar y difundir desde la academia.
Muchos teóricos afirman que la oportunidad más importante que ofrecen la internet y las TICs a la educación es la de enriquecer los ambientes de aprendizaje. “Los más recientes hallazgos de la investigación en pedagogía señalan que, para mayor efectividad, los ambientes de aprendizaje deben estar centrados en el aprendiz, en el conocimiento, en la evaluación y en la comunidad”. (Pumarino, 2010).
Toda propuesta que tenga como meta formar educadores en la actualidad debe tener presente que las tecnologías y los avances que de ella se derivan inciden de manera fundamental en la educación presente y futura. Hay que apostar a una formación pedagógica donde se reconozca la importancia del acceso de las redes a las instituciones educativas primarias, secundarias y terciarias, facilitando que muchos educadores comiencen a usar las tecnologías para transmitir sus conocimientos a través del uso adecuado de las redes, con el propósito de entregar a la sociedad maestros que dominen nuevos métodos de aprendizaje y enseñanza.
Es el tiempo preciso para dedicar más tiempo y más espacio a la reflexión sobre nuestra práctica pedagógica, y cómo los cambios tecnológicos y económicos afectan nuestros resultados a través de los profesionales que formamos y que se integran a la sociedad.