Por: Domingo Batista
Por Randy Rapozo | | [email protected]
13 octubre, 2017 - 10:22 AM
La destacada egresada de la carrera de Medicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Primada de América, ha sido ganadora de medalla de oro en los Juegos Panamericanos y Centroamericanos y del Caribe.
Por: Domingo Batista
Al momento de integrarse a una determinada disciplina, un atleta asume el compromiso consigo mismo de alcanzar pequeñas metas.
Al avanzar en su desarrollo, ya el reto deja de ser personal y se amplía alrededor de los familiares, amigos e instituciones del barrio o comunidad en donde nació.
En esa fase, la naciente figura deportiva se enfoca para –con la importante orientación de su entrenador primario- brillar en las competencias intramuros, provinciales o nacionales.
Cuando sobresale en un evento organizado por la federación de su disciplina, entonces, el estatus emocional del naciente estelar del quehacer deportivo verifica un giro de 180 grados.
Es el espacio en que sus orientadores deben tener el mayor de los cuidados para evitar un percance en su comportamiento.
Esto así porque la presencia de su imagen en los medios de comunicación es una proyección como una figura estelar de la disciplina y pueden endiosarlo.
La gran mayoría de los atletas pasa con honores esa prueba.
Cada participación nacional o internacional de un atleta, se convierte en un medio indiscutible para fortalecer su conducta y trillar el sendero del éxito y escribir con letras de oro su paso por las actividades del músculo y la mente.
Alcanzada la estelaridad y el posible mejoramiento económico, el atleta –en la mayoría de los casos- opta por alcanzar un título universitario para continuar su servicio a favor de su país.
En ese ínterin, va fortaleciendo su anhelo de que su patria le reconozca su entrega para que la bandera nacional ondee gallardamente en los diferentes escenarios internacionales.
Con justificada razón y sus acciones en el quehacer atlético, ese héroe espera pacientemente el día en que su nombre sea elevado al Salón de la Fama del Deporte Dominicano.
Para esos fines, el aspirante a la inmortalidad deportiva debe acumular los números necesarios de toda una vida.
De igual modo, la conducta, disciplina, carácter y entrega a las labores sociales, son tomados en cuenta.
El tercer domingo de octubre próximo (día 15) el consejo directivo del Pabellón tiene programada la ceremonia para exaltar a quienes se ganaron ese honroso lugar.
Desde que fue creado en el último quinquenio de los años 60, esa institución ha acogido en su seno a un grupo importante de atletas y dirigentes que brilló en las acciones deportivas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Felipe Rojas Alou, Horacio Martínez, Nelly Pineda, Juan –Piñao- Ortiz, Fidel Mejía, Diego Hurtado, Alfredito Edmead, Heyda Joaquín, Deyanira Pascual y Luis Belliard, son algunos de ellos.
Ella responde al nombre de Heidy Rodríguez, quien es una ganadora de medallas de oro en Juegos Panamericanos y Centroamericanos en la disciplina de karate.
Actualmente, Heidy se encuentra en la etapa final de la especialidad en medicina familiar y comunitaria en España, luego de alcanzar su título profesional en la Primada de América.
A través de sus años como atleta de la UASD, Rodríguez dio una elocuente demostración de entrega total a su amada Alma Máter y transmitió sus conocimientos a los demás.
Nunca dudó su participación en los diversos eventos internacionales, defendiendo con gallardía los colores azul y blanco de la bandera uasdiana.
Siempre estuvo a disposición de sus compromisos atléticos y nunca se extravió en el camino hacia la meta de obtener –paralelamente- su título como doctora en Medicina.
Oriunda de La Ciudad Olímpica (La Vega), se ganó el cariño de sus profesores en las aulas uasdianas y de sus competidores en los diversos eventos a los que asistió.
Con su próximo ingreso al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano y su especialidad como profesional de la medicina familiar y comunitaria, Heidy Rodríguez da la total razón al motivo de existencia social de la primera universidad fundada en el continente americano en el año 1538.
Cónsona con su tradición, la familia universitaria le dice: ¡Salve gran reina! Fuiste una excelente portadora del orgullo quisqueyano en las competencias atléticas y –ahora- honramos tu llegada a la inmortalidad deportiva nacional.
En el listado de diez deportistas que serán exaltados el venidero 15 de octubre aparece el nombre de una connotada e inteligente nueva profesional, nacida en La Vega y que fue formada académicamente en la UASD. Heidy Rodríguez participó orgullosamente representando a la República Dominicana en distintos certámenes deportivos internacionales.