Por Randy Rapozo | | [email protected]
25 octubre, 2016 - 12:18 PM
Los numerosos autores que tratan el fenómeno de la globalización enfatizan los aspectos económicos, como: el desarrollo de los mercados financieros y el desbordamiento de las empresas transnacionales que se apoderan de las economías de las naciones.
El fenómeno de la Globalización ha redefinido los procesos de desarrollo de los pueblos en todo el mundo.
Su lema es ¡el intercambio sin fronteras y con ninguna o mínima regulación oficial! Su caracterización implica los siguientes elementos: a) difusión a nivel mundial de los modos de producción y consumo capitalistas; b) liberalización de los intercambios, inversiones y flujos de capitales a escala planetaria; c) disminución drástica de los márgenes de maniobras de los gobiernos, y por tanto, pérdida significativa de soberanía; d)comercialización abierta de bienes de alta tecnología antes reservados a fines militares, investigaciones espaciales o dirigidas a la seguridad nacional; e) homologación, reducción o eliminación de impuestos o tributos al comercio internacional; f) supervisión o gestión de las crisis financieras o económicas de nacionales en planos regionales; g) aceptación de la red de Internet, de las redes mediáticas, marketing y de la publicidad en el plano mundial (los cuales transmiten los “valores del mercado”).
En el mismo sentido, se ha producido una dominación progresiva del inglés como lengua de comunicación en el plano internacional. Y por último, ocu rren masivas innovaciones tecnológicas que generan una mayor interacción y densidad en la comunicación en todo el mundo.
En materia social, la globalización es cuando menos arbitraria, al revertir conquistas fundamentales de la persona humana, porque siendo ciertamente un instrumento de desarrollo económico, provoca al mismo tiempo una polarización en las relaciones sociales, haciendo que las economías nacionales débiles sean extremadamente vulnerables a los movimientos de capitales, en vista de que se pone a competir al rico con el pobre.Y peor aún, cuando los Estados hegemónicos otorgan subsidios a sus productores, que los gobiernos pobres no están en condiciones financieras de ofrecer a los suyos.
Así, la limitación de la soberanía de los Estados se expresa penosamente en una menor protección social, en razón de que la búsqueda de ganancias y la consiguiente movilidad de capitales no se dejan acompañar del respeto a los derechos de los trabajadores. Ahora, con la globalización se intensifican los movimientos de personas de la “ periferia “ hacia el “ centro”, los habitantes de las zonas rurales emigran a las megápolis.
En otro orden, trabajadores de otros oficios y competencias son reenganchados o reentrenados, todo, en busca de mejores condiciones de vida. La comunicación es otro elemento que la globalización usa con audacia y aprovecha de manera impresionantemente eficaz. La rapidez de la comunicación y la multiplicidad de informaciones disponibles en la “biblioteca” en la nube, que provee la red de Internet, favorecen los intercambios académicos, investigación científica y la información en todos los sentidos. No caben dudas de que la globalización representa un factor positivo de innovación.
Sin embargo, esa misma rapidez y disponibilidad sin controles eficaces de las informaciones sensibles están posibilitando la comunicación de redes mafiosas, terroristas y de sinvergüenzas, llegando al extremo de facilitar la fabricación de armas y sustancias peligrosas. Hoy en día se hace difícil explicar la complejidad de las relaciones internacionales o de las causas de un conflicto, así como sostener una discusión de cualquier idea a fondo, a causa de la multisectorialidad de los fenómenos.
Como reacción de impotencia, el camino alternativo suele ser apelar a los discursos y análisis simplistas. El discurso verdaderamente intelectual comienza a verse afectado por una mentalidad de “comida rápida” o tal vez se transforma en un “pensamiento repentista” por cuanto todo lo que se hace debe ser a toda marcha, con rapidez, y siempre ajustado a al interés de turno, a la moda, que muchas veces conduce a lo mediocridad. Pero como ha sido regla, la globalización encuentra resistencia.
Según la segunda ley de Newton, a toda acción corresponde una reacción de igual intensidad y sentido contrario. Los movimientos antiglobalización constituyen reacciones a la globalización misma.
Con mucha desventaja actúa en el mundo una “sociedad civil” en actitud de resistencia a la dominación económica absoluta de grupos restringidos. Esos movimientos también actúan, en gran parte como abogados de los derechos humanos, de la democracia, de la participación de los pueblos en la construcción de su propio destino. Organizaciones de proyección mundial, gubernamentales o no, contribuyen a la difusión de las ideas y valores democráticos, a los principios de justicia, en defensa del trabajador y del medio ambiente.