Por Randy Rapozo | | [email protected]
25 octubre, 2014 - 3:32 PM
Los recursos docentes tienen limitaciones para la innovación y la investigación, debido, entre otras cosas, a la falta de incentivo
La República Dominicana registra una profunda deficiencia en el ámbito de la ciencia, la innovación y la articulación universidad-empresa, de acuerdo a estudios que analizan el estado de las nuevas tecnologías en el mundo y elabora un ranking de los países según el aprovechamiento de las mismas. De acuerdo a los hallazgos arrojados por esos estudios, conforme a la valoración de 122 países, obtuvimos una posición muy pobre en relación con la disponibilidad de científicos e ingenieros; el puesto obtenido fue el 105.
“En el indicador calidad de las instituciones de investigación científica ocupamos el lugar número 113 y en el importante indicador calidad de la enseñanza en ciencia y matemática alcanzamos el número 116. Esto significa que, en relación con la medición de esos 122 países del ciber mundo, República Dominicana está prácticamente en el fondo de ese mundo digital”, afirma el doctor Andrés Merejo en una investigación de su autoría.
En el trabajo titulado “La educación virtual en el ciber mundo” el PhD de nuestra Universidad expresa que aún cuando el Estado dominicano sigue invirtiendo en la educación, en el conocimiento, en la tecnología e innovación, solo se obtienen migajas del presupuesto nacional, lo que no impide que la Universidad luche para lograr incorporar la educación virtual en su sistema de enseñanza aprendizaje.
Los logros que ha registrado el país en materia tecnológica e informática no han permitido que se desarrolle en gran magnitud la educación virtual. “La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) alberga la mitad de la matrícula de la educación superior. Nuestra institución académica vive en la precariedad a causa de los recortes presupuestarios que le propina el gobierno y cuenta apenas con 2.836 docentes, cuando en la realidad se necita duplicar el personal académico”, expone Merejo en su trabajo. Los recursos docentes tienen limitaciones para la innovación y la investigación, debido, entre otras cosas, a la falta de incentivo para subvencionar al personal investigador.
“Con este tipo de política educativa no podremos lograr bajar de la posición número 75 que nos da el Foro Mundial en cuanto a la inserción en el ciber mundo”. La Universidad tiene un lugar en el ciberespacio, pero los estudiantes y los profesores no cuentan la mayoría de veces con los servicios requeridos y deben desplazarse a varias instituciones para buscar algunos de los datos o informaciones que necesitan.
“Además, si bien es cierto que tenemos aulas virtuales, espacios para videoconferencias y computadoras conectadas al ciberespacio, es frecuente la reiteración de las quejas en cuanto a la falta de recursos económicos para entrar en el plano de la seducción de administrar estas redes digitales y poder tener más dominio que los propios estudiantes”, señala Merejo. En la actualidad, en la Universidad existen varios salones que disponen de 120 computadoras y en la Biblioteca “Pedro Mir” hay unas 500 máquinas.
Parte de esta red computacional se encuentra conectada al ciberespacio y aun así es insuficiente. La UASD necesita ampliar todo este sistema de conexión, ya que no llega a todas las Facultades. Además, la misma demanda exige que se incrementen los programas de postgrado de expertos universitarios en entornos virtuales, los que en número reducido se han estado ofreciendo a los profesores desde 2007. “La UASD ha logrado, a empujones, incorporar la educación virtual en asignaturas de grado y postgrado, continúa trabajando en este renglón, pero con la voluntad y el heroísmo de sus profesores, los que sin importar que no haya incentivo moral y material, luchan porque la institución se involucre en esos entornos virtuales”, agrega.
Para lograr esos cambios, señala el maestro Merejo, es necesario que la UASD tenga un presupuesto de 11 mil millones de pesos y no 7.128 millones que durante los dos últimos años ha estado recibiendo y que deja la extensión y la investigación en el plano del deseo y en un laberinto de precariedades a sus profesores en la vida cotidiana.
De ahí que la entrada al ciber mundo en una estrategia de desarrollo de educación virtual en la UASD pase por el cumplimiento de la Ley 139-01 de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, según la cual nuestra institución debería recibir el 5% del Presupuesto Nacional; derecho legítimo que hasta hoy ningún gobierno ha cumplido.
La investigación íntegra de este trabajo fue publicada en los anales del Museo de América del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, edición 2014