Por Randy Rapozo | | [email protected]
25 octubre, 2017 - 10:41 AM
Maestro Julián Sosa
La Primada de América se ha convertido en una institución promotora del desarrollo y en un eco de las buenas prácticas que se enseñan desde sus aulas, al desplegar unos contenidos.
La Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, que posee en su seno más de 200 mil estudiantes y un estimado de 9 mil egresados por año, surca lo más recóndito de su tierra y traspasa las fronteras de sus linderos, al tener a miles de sus hijos en playas locales y extranjeras, contribuyendo a la transformación y avance de la sociedad donde se desenvuelven.
La Primada de América se ha convertido en una institución promotora del desarrollo y en un eco de las buenas prácticas que se enseñan desde sus aulas, al desplegar unos contenidos con amplio sentido crítico, democrático y profundo.
La UASD se caracteriza por desarrollar el cuarto nivel, al impulsar numerosas maestrías, doctorados y fomentar la investigación tanto desde sus institutos como desde las escuelas que tiene al servicio de la educación de grado.
Las aulas, ya tenidas estas como un concepto de espacios amigables para el aprendizaje, al día de hoy siguen siendo en esta institución foros donde fluyen las ideas abiertamente, debido entre otros factores, al carácter de libertad de cátedra que impera en la más antigua casa de estudios de las Américas.
De ahí que los profesionales que se despachan desde ella se insertan con mucha seguridad en los estamentos que operan tanto en el plano propio de la República Dominicana como en otros que requieren de liderazgos.
La pertinencia de sus titulados hace que estos, donde quiera que se encuentren, se conviertan en agentes de cambio y transformen los insumos y materias primas en aras de mejorar la producción en todos los ámbitos.
De ahí que es común “toparse” en todas las áreas del saber con egresados de la academia que ya lleva tras sus costados 478 años prodigando conocimientos de calidad.
No obstante las debilidades internas que pueda cargar la UASD y el interés de algunos sectores en diezmarla, la Autónoma de Santo Domingo posee todo ese tiempo luchando, enfrentando limitaciones y obstáculos propios de una institución que posee un modelo que choca con los paradigmas de una sociedad que las han ido neoliberalizándola, individualizándola, fragmentándola y anestesiándola, no obstante el gran poder que tiene la combinación de la ciudadanía con las redes sociales.
La grandeza de la universidad estatal radica en la gran acumulación de conocimientos que ostenta y en los grandes aportes que ha hecho al progreso sostenible e integral de la República Dominicana y Haití, al entregar a esa nación decenas de profesionales, sobre todo, en el renglón de la agronomía. Igualmente a muchos otros países donde profesionales egresados de esta casa de altos estudios operan con sus saberes.
Ese es el gran “sonido” y eco que le da fortaleza a la misma. La UASD retumba y hace una especie de Bing Bang en materia de aportes y nivelación de la gente, en un territorio donde todavía hay materias pendientes en lo referente a la inclusión social. Es más del 50 por ciento de la matrícula estudiantil de la educación superior de todo el país. ¡Y todavía nos ladran, Sancho! ¡Ah y nos niegan lo que por ley nos corresponde! Pero como quiera, ¡Y todavía se mueve!