Madre Nutricia: símbolo de valor extraordinario

Por Randy Rapozo | | [email protected]

13 octubre, 2018 - 11:13 AM


La figura materna escultural que emerge como símbolo triunfal en la explanada del edificio destinado hasta hace unos años a alojar la rectoría de la más vieja universidad del Nuevo Mundo acumula entre sus piedras coralinas incontables historias.

 Todo inició con la llegada al país del destacado artista español, Benjamín Saúl, traído durante la dictadura trujillista con el encargo de levantar solemnes obras como muestra del poderío del sátrapa. El joven que emigra de su pueblo, cargando entre sus cosas la ilusión por obtener un título universitario; o la vida de algún servidor público que ha consagrado su existencia a la vocación de servir se han detenido con respeto frente a ella.

La extraordinaria figura de la Madre Nutricia da la bienvenida a estudiantes, docentes y visitantes en la explanada frontal de la Alma Máter. Es una escultura que simboliza la fuente del saber donde abrevan las personas para alimentarse del conocimiento científico que crea, transmite y divulga la institución.

En términos estéticos es una obra de extraordinario valor, de tipo helénico griego, con un estilo neoclásico contemporáneo, un movimiento que se dio en Europa a mediados del siglo XVIII.

Benjamín Saúl, considerado uno de los mejores artistas de la escultura, fue el responsable de realizar la magna obra, junto a otras importantes esculturas levantadas durante la época.

“La Madre Nutricia es una mujer de grandes proporciones, casi heroicas. Fue tallada en piedra coralina, una piedra bastante abundante en las canteras coralinas del país”, señala el maestro Manuel Barias, docente de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD.

A Barías le correspondió el remozamiento de la obra en el año 2005. Narra que la idea de la Madre Nutricia está relacionada con la nutrición y con el hecho de adquirir conocimientos, que simbólicamente se traduce, a nutrirse de esas sapiencias.

Aunque es difícil hablar históricamente sobre el origen de las majestuosas figuras a que corresponde la escultura, el docente la remonta al periodo paleolítico, habiéndose encontradas obras escultóricas como la Venus de Willendorf, una figura de mujer desnuda, de unos 10,5 centímetros de alto, 5,7 de ancho y 4,5 de espesor con 15 centímetros de circunferencia, tallada en piedra caliza paleolítica y que data de entre 28.000 y 25.000 a. C.

Destaca que en esa época el hombre de las cavernas representaba a las mujeres en la fecundidad como una fuente de vida y de sabiduría y que alcanza su máximo esplendor en Roma, específicamente en la Universidad de Bologna, Italia, considerada la primera universidad del mundo, donde nace el concepto de Madre Nutricia, que en latín quiere decir Alma Mater y en donde la figura femenina también alcanza categoría simbólica de fuente de vida y de saber.

La escultura materna que engalana la Alma Mater del campus universitario fue construida por el escultor español Benjamín Saúl, en el año 1955, junto a un conjunto de obras contratadas por el régimen trujillista, y entre las que se destaca el imponente símbolo que forma parte del patrimonio de la Primada de América y del país. Al artista se le atribuye una fijación con la imagen femenina.

Saúl experimentaba con las proporciones de las figuras que esculpía, de ahí la magnificencia de la destacada obra. Esta pieza, alegórica a la naturaleza, a la fecundidad, y a lo que la madre naturaleza nos provee, para la academia refleja fertilidad como una fuente de vida y de sabiduría.

“Es un símbolo: comer sabiduría, ingerir sabiduría. En el caso de Jesús, todos los símbolos eran relacionados con la pesca. La ingesta siempre se ha usado como un signo de amor, de conocimiento, de saberes, de bondad. De ahí la simbología de la Madre Nutricia que se relaciona con el conocimiento, con la sabiduría y con el amor”, señala Barías. La escultura, bellísima en términos simbólicos, y bien lograda en términos estéticos, es una pieza de incalculable valor y que forma parte del Tesoro Artístico de la UASD.

DESCRIPCIÓN FÍSICA

La Madre Nutricia es una obra que consta de varios bloques ensamblados, fabricados en piedra coralina. Para el año 2005, y como parte del proceso de remozamiento del edificio que aloja la vieja rectoría, fue sometida a un proceso de saneamiento, ya que el material del cual está fabricada permite el anidamiento de insectos que hacen moradas en los minúsculos agujeros del material.

La restauración fue realizada por el maestro Manuel Barias, quien explica que el trabajo consistió en un proceso de limpieza profunda, que incluyó el estucado de las fisuras y la aplicación de una capa protectora de cera para que penetrara los huecos y menguara el anidamiento de insectos, y para ayudar a conservar el color original de la piedra.

La obra había sido intervenida anteriormente, pero para la ocasión no fue tratada con los materiales ni el cuidado adecuados al valor de la imagen. “Es un patrimonio de la UASD y del país. Lo que hicimos fue un remozamiento. Pero hoy en día, la falta de valor en algunas personas que no tienen sensibilidad con las obras y la escasez de recursos por la que atraviesa la academia, no permite que se le realice el proceso de saneamiento de forma continua”, agrega el artista.

Para poder mantener la pieza en las condiciones óptimas, Barias sugiere a las autoridades uasdianas continuar las gestiones para la obtención de recursos con el propósito de dar continuidad a la labor de remozamiento de esta y otras obras de importancia histórica para la academia.

El maestro Manuel Barias es docente de la Facultad de Artes. Es egresado de la licenciatura en Artes Plásticas, y tiene un master en Enseñanza Superior.

DESCIPCIÓN FÍSICA

Es una obra que se sitúa dentro de lo monumental, pues sus características físicas se enmarcan en la categoría de lo grandioso. Sus facciones son mucho más grande que las del cuerpo humano. Ese es un recurso al que acude el artista cuando quiere darle características supremas. La obra tiene un canon que la eleva a la categoría heroica. Es una pieza voluptuosa de tipo helénicas, origen griego y estilo neoclásico. La Madre Nutricia que embellece los jardines del edificio de la Vieja Rectoría fue diseñada por el arquitecto español Benjamín Saúl.

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